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Tipos de parto

¿Parto vaginal o cesárea? ¿Qué es un parto instrumentado? ¿Qué pasa si el parto no se desarrolla como había imaginado? Se acerca el momento del parto, y empiezan a surgir las dudas. Cuando acudáis a las charlas preparto en hospitales y ambulatorios, podréis resolver muchas de ellas, pero aquí encontrareis algunas respuestas que os serán de utilidad. 

 

4min de lectura Jul. 19, 2017

Parto por vía vaginal

 

Afortunadamente sabemos que actualmente, con la atención y ayuda adecuadas, la mayoría de las mujeres sanas pueden dar a luz llevando a cabo un mínimo de procedimientos médicos y sin poner en riesgo su seguridad. Es por ello importante, ofrecer información sobre el proceso, para perder el miedo a afrontar el parto. 

En dos de cada tres casos, el bebé esta en presentación cefálica. Esto significa que viene con la cabeza hacia abajo, coloquialmente conocido como que “está bien colocado”. En ese caso, el proceso del parto sigue su proceso natural:  rotura de aguas, contracciones, dilatación del cuello del útero y expulsión… 
Puede llevarse a cabo sin anestesia (parto natural ) o con anestesia epidural. Recientemente se está implantando en muchos hospitales la walking epidural, una analgesia epidural que produce menos bloqueo motor, por lo que permite disminuir el dolor y mantener la movilidad.
Una vez finalice el proceso de expulsivo, tras asegurar el bienestar fetal, se recomienda el contacto piel con piel. El parto piel con piel consiste en mantener al recién nacido en contacto con tu piel, con tal de fortalecer vínculos, mantener su temperatura corporal, ayudarlo en la adaptación a la vida extrauterina y facilitar el inicio de la lactancia materna.

Parto vaginal instrumentado

Hay veces que la etapa final del proceso de parto requiere de la ayuda del profesional médico. Esto es así en casos en que el momento del expulsivo tiene mayor duración de la recomendada, por ejemplo en caso de cansancio materno,  o en casos de cansancio /malestar del bebé, mala colocación de la cabeza del bebe  en la pelvis o pelvis materna estrecha.

En estas situaciones será de gran ayuda realizar un parto instrumentado. Los instrumentos que se utilizan actualmente son: la Ventosa, las espátulas y el fórceps. La utilización de cada uno de ellos depende de la situación y colocación fetal, y del criterio médico de aquel momento.

Parto de nalgas  

En los casos en que el bebé esta en presentación podálica (de nalgas), el parto vaginal es posible, siempre y cuando la mujer desee tener un parto vaginal, se asista en un centro especializado en parto de nalgas bajo supervisión médica y se cumplan una serie de requisitos que permitan llevarlo a cabo. Cuando no se cumplen estos criterios, se opta por la realización de una cesárea programada.

Parto gemelar 

Si esperas gemelos , el proceso del parto se inicia un poco antes, entre las semanas 37 y 38 de gestación, según el centro. 
En función de la posición de los bebés, el equipo médico optará por el tipo de parto más adecuado, vaginal o cesárea, y se explicará durante las visitas preparto con el obstetra especialista.

Inducción del parto

Provocar el parto es algo que ocurre en determinados supuestos, y ello no implica un mal pronóstico de parto. Consiste en estimular y ayudar a la mujer en el proceso de dilatación a través de la administración de fármacos.

Algunas situaciones en las que está recomendada la inducción del partos son: patología materna y/o fetal que contraindique la progresión del embarazo, si el parto se prolonga demasiado, si se ha superado el plazo de tiempo recomendado de embarazo, o en algunos casos si, simplemente, la madre y/o el equipo médico desean que el parto se produzca en una fecha precisa por motivos de conveniencia (según el centro médico).

Parto por cesárea  

El parto por cesárea puede realizarse de forma programada o llevarse a cabo durante el proceso de parto.

Cesárea programada: cuando el equipo médico establece una contraindicación para el parto vaginal.

Cesárea​ el proceso de parto: cuando el desarrollo de las diferentes etapas del parto no es el esperado: dificultad para dilatar, mala colocación de la cabeza del bebe que le dificulta la entrada en la pelvis, sospecha de sufrimiento fetal o desproporción pélvico-fetal (el bebé es demasiado grande para la pelvis de la madre) entre otros.

Al tratarse de una intervención quirúrgica, se practica obligatoriamente en un quirófano. Consiste en hacer una incisión en el abdomen y en el útero para extraer al bebé y suele durar pocos minutos.

Se realiza con anestesia epidural, raquídea o, en casos extremos, anestesia general. No siempre está permitida la presencia del padre, dependiendo del centro hospitalario.

En los países occidentales, la práctica de este tipo de partos ha aumentado en gran medida en los últimos años. En España representa el 25% de los partos en centros de salud pública y aproximadamente un 36% de los partos en centros privados. Aunque es una práctica clínica segura, tiene riesgos: complicaciones infecciosas de la herida, riesgo de sangrado, flebitis, dolor abdominal posparto, etc. 

En cualquier caso, tengas el parto que tengas, mantén la calma y confía en el equipo médico.