Durante los cursos de preparación al parto, te explicarán básicamente dos tipos de parto para prepararte, así, ante cualquier eventualidad.
Parto por vía vaginal
En dos de cada tres casos, el bebé viene de cabeza, es decir, con la cabeza hacia abajo. Eso significa que está bien colocado. En ese caso, el proceso del parto sigue las grandes etapas descritas: rotura de aguas, contracciones, dilatación del cuello, expulsión… Si tu bebé es de los que viene de nalgas, pero no hay riesgo, el médico también puede prever un parto por vía vaginal.
Provocar el parto es algo que ocurre en determinados supuestos: si está en peligro la salud de la madre y/o el bebé, si el parto se prolonga demasiado, si se ha superado el plazo o si, simplemente, la madre y/o el equipo médico desean que el parto se produzca en una fecha precisa por motivos de conveniencia. En este caso, a la mujer se le proporciona un medicamente que provoca o intensifica las contracciones.
Parto por cesárea
Es otro tipo de parto provocado. Puede programarse por diversas causas: porque el bebé viene de nalgas, por sobrepeso, porque la pelvis de la madre resulta ser demasiado estrecha, por problemas de salud para la madre (hipertensión, diabetes), por sufrimiento fetal… A veces, en el transcurso de un parto inicialmente previsto por vía baja, si el bebé no se encaja se decide practicar este tipo de parto.
Al tratarse de una intervención quirúrgica, se practica obligatoriamente en un quirófano. Consiste en hacer una incisión en el abdomen y en el útero para extraer al bebé y suele durar solo diez minutos. Se realiza con anestesia epidural o, en casos extremos, anestesia general. No siempre está permitida la presencia del padre.
En los países occidentales, la práctica de este tipo de partos ha aumentado en gran medida en los últimos años. En España hoy representa el 25% de los partos en centros de salud pública y un 36% de los partos en centros privados. En algunos centros, incluso llegan a un 43%. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los partos por cesárea no excedan el 15 % de los partos, pues al tener en cuenta los riesgos de la operación, su impacto sería más negativo que positivo. En efecto, aun cuando el alumbramiento por esta práctica sea menos doloroso para la madre, tiene riesgos: complicaciones infecciosas, flebitis, embolia pulmonar, fatiga, dolores abdominales posparto, etc.
En cualquier caso, tengas el parto que tengas, mantén la calma y confía en el equipo médico.
Casos particulares
Si esperas gemelos, el proceso del parto se inicia un poco antes, entre las semanas 37 y 38 de gestación. Según la posición de los bebés, el equipo médico optará por el tipo de parto más adecuado, aunque en la mitad de los casos se decide practicar cesárea para evitar complicaciones.
En la actualidad, en los centros públicos 1 de cada 4 bebés nace por cesárea, y en los centros privados, 1 de cada 3.
