
¡Mi bebé no quiere comer! Causas y estrategias para fomentar buenos hábitos alimenticios
¿Por qué mi hijo no quiere comer?
El apetito de los niños puede variar por muchas razones. Algunas de las causas más comunes son:
Crecimiento ralentizado: A partir del primer año, el crecimiento se vuelve más lento, y con él, disminuye también el apetito.
Exploración del entorno: Los niños están más interesados en descubrir el mundo que en sentarse a comer.
Tamaño del estómago: Es pequeño y no necesita grandes cantidades.
Búsqueda de autonomía: A partir del primer año, muchos niños quieren decidir qué y cuándo comen.
Distracciones: Televisión, juguetes o pantallas durante la comida pueden interferir en su concentración.
Alimentación perceptiva: confía en tu hijo
Tu bebé nace con la capacidad innata de sentir hambre y saciedad. Forzarle a comer cuando no tiene hambre o insistir cuando no quiere más puede alterar su relación con la comida a largo plazo. La alimentación perceptiva consiste en observar y respetar sus señales, permitiendo que decida la cantidad que necesita.
Mi bebé de un año no quiere comer: ¿qué hago?
Es muy común que un bebé de 1 año no quiera comer con la misma regularidad o cantidad que antes. Aquí te damos algunas estrategias:
1. Establece rutinas
Ofrece las comidas y meriendas siempre a las mismas horas.
Evita ofrecer colaciones o snacks justo antes de las comidas principales.
2. Crea un ambiente positivo
Evita distracciones como la tele o el móvil.
Siéntate a comer con él y participad en una conversación tranquila.
No regañes ni obligues a comer.
3. Ofrece variedad y opciones
Presenta alimentos saludables de forma atractiva.
Permite que elija entre dos opciones (por ejemplo, brócoli o zanahoria).
4. Anima a explorar
Deja que toque, huela y experimente con los alimentos.
Acepta el desorden como parte del aprendizaje.
5. Da ejemplo
Si los adultos comen variado y sin presión, los niños tienden a imitar este comportamiento.
Cuándo consultar con un profesional
Aunque la falta de apetito es normal en algunos momentos, deberías acudir al pediatra si:
Tu hijo pierde peso.
Tiene menos de dos comidas al día de forma continuada.
Parece apático o cansado.
Tiene dificultades para tragar o muestra rechazo continuo a alimentos básicos.
Paciencia y respeto: claves para una relación sana con la comida
Recuerda que cada bebé tiene su propio ritmo. No compares a tu pequeño con otros ni te angusties. Respetar sus tiempos y confiar en su capacidad de regularse es fundamental para fomentar una relación positiva con la alimentación.