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Cómo dar el biberón

Tras semanas e incluso meses de lactancia materna exclusiva, la llegada del biberón de leche materna o infantil transforma por completo nuestras costumbres. ¿Cómo superar esta nueva fase sin sobresaltos?

5min de lectura May. 5, 2016

Dar el biberón

Hay que decir la verdad: ¡el primer biberón no siempre entra bien! El niño llora y rechaza todo aquello que no sea el pecho. Si la lactancia materna ha ido bien, la madre debe enfrentarse a una segunda "separación", el destete, y se emociona con la reacción intensa de su hijo. El exceso de emociones sume a menudo a la madre en un mar de lágrimas. Nos queda el padre, comprensivo pero confundido ante tal desconcierto. ¿Qué hacer? Ármate de paciencia, dobla tu dosis de amor y aprende en familia cómo utilizar un utensilio que a partir de ahora será omnipresente: el biberón.

 

No se succiona igual la tetina que el pecho

  • Este hecho, a menudo desconocido, explica en parte las dificultades puntuales que el niño encuentra al tomar el biberón. Para agarrar el pecho, el bebé abre bien la boca para colocar el pezón a la altura del paladar suave. Sus mandíbulas ejercen presión bajo la aureola, mientras que su lengua aplasta y alarga la aureola y el pezón para hacer salir la leche.
  • ¡La succión del biberón no tiene nada que ver con este proceso activo! La tetina, mucho más dura y rígida, penetra sin esfuerzo en el interior de la boca. Como la leche sale sola, el bebé no necesita utilizar la lengua y las mandíbulas.

Lógicamente, la aparición del biberón en la vida bien ordenada del bebé es más que desconcertante. Después de la intimidad compartida con la madre con la lactancia materna y de semanas de aprendizaje para convertirse en una profesional de la lactancia, le imponemos un cambio de costumbres. A los bebés les gustan las referencias. Si el destete implica pasar a tomar leche infantil, el niño debe adaptarse además a un nuevo sabor lácteo. De ahí sus reticencias y su descontento, que manifestará con lloros.

 

No dejes al bebé a la expectativa

Una vez integrado este contexto "técnico", ¿cómo ayudar al bebé a habituarse a su nuevo sistema de alimentación? En primer lugar, explícale lo que le espera. Detalla los cambios que se avecinan y las nuevas sensaciones que irá descubriendo. En segundo lugar, no dudes en hacerle partícipe de tu pesar por tener que reducir o detener progresivamente la lactancia materna. En tercer lugar, el papá, la abuelita, el abuelito, la tía Rosa, tu amiga Julia y la niñera ocuparán tu lugar varias veces al día para dar de comer a tu bebé. Tras varios meses ocupándote de las tomas, los cambios de pañal y los paseos, te toca disfrutar de un poco de tiempo para ti, ¿no te parece?

 

El primer biberón

Estás un poco tensa, es normal. Si tu pequeño hambriento se niega a tomar el biberón, pide a tu pareja o a otra persona que se lo den. Que no cunda el pánico. El "pulso" puede durar varios días. Cuando se canse de pelear, el bebé aceptará engullir un biberón entero. A partir de entonces, ya no se quejará más. Un consejo: inicia el destete con un biberón de leche materna. Si bien no ofrece el calor y el olor del pecho, por lo menos conserva las referencias gustativas del niño. Si pasas de golpe a la leche infantil, ten paciencia. Y confía en tu pequeño, que acabará "cogiéndole el truco" y habituando sus papilas al nuevo sabor.

 

Buenos gestos

Todo problema tiene su solución. ¿Cómo debe tomar el biberón tu bebé?

  • Ponte cómoda en un lugar tranquilo.
  • Ponle el babero, agita el biberón y comprueba la temperatura de la leche vertiendo una gota sobre el dorso de la mano.
  • Apoya la nuca del bebé sobre tu brazo, apoyado a su vez sobre el brazo de la silla.
  • Sujeta el biberón por el medio e inclínalo de manera que la tetina quede repleta de leche para que el bebé ingiera la menor cantidad de aire posible. Coloca la velocidad de salida elegida frente a su boca.
  • Un indicio de que el bebé está succionando bien es la aparición de pequeñas burbujas en la pared del biberón. ¿No es éste tu caso?
  • Afloja la rosca del biberón.
  • Aprovecha este momento de intercambio y placer.
  • Al final de la comida, incorpora al bebé para que eructe.
  • El bebé se ahoga y se le sale leche de la boca cuando chupa: la leche sale demasiado rápido. Qué hacer: aprieta la rosca del biberón y disminuye la velocidad de salida.
  • Al bebé le cuesta "extraer" la leche. Qué hacer: utiliza tetinas de caucho, más flexibles que las de silicona.
  • El bebé tarda mucho en tomarse el biberón. Qué hacer: afloja ligeramente la rosca del biberón para que la leche salga un poco más rápido.
  • No hace el eructo. Qué hacer: no te inquietes y cambia al bebé de posición. Si no funciona, hazle eructar en mitad de la toma.

 


 

Sonia, madre de Candela, 6 meses (de lactancia materna):

"Temía la llegada del biberón, tanto por mí como por mi hija. Para no perturbar en exceso ni su ritmo ni el mío, me saqué leche y le di su primer biberón una tarde, explicándole que, a partir de entonces, aquélla sería su merienda. El primer día no le gustó mucho. Sin embargo, mantuve el ritual toda la semana y al final acabó aceptándolo sin rechistar".

 

Pablo, padre de Diego, 1 año:

"Mi mujer le dio el pecho durante tres meses. Quince días antes de reincorporarse al trabajo, empezamos el destete con leche infantil. A petición suya, y para mi alegría, fui yo quien le di su primer biberón. Para no perturbar este delicado momento, mi mujer le explicó que su padre le daría la comida mientras ella iba a dar una vuelta. Tras un cuarto de hora largo de tanteo, el niño y yo nos hicimos el uno al otro".