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Visita al ginecólogo

¿Has decidido tener un bebé? ¡Perfecto! Pero antes de lanzarte a la gran aventura de la maternidad, hazte un chequeo para comprobar tu estado de salud. ¡Te contamos en qué consiste!

5min de lectura May. 4, 2016

Sabes que una mujer embarazada tiene que cuidar más su salud. Pero quizás no sepas que ir al ginecólogo antes del embarazo es aconsejable para hacerte un examen pregestacional o perigestacional (designa el período desde el momento en que deseas concebir hasta el tercer mes de embarazo). Esta expresión algo extraña supone simplemente que la futura madre es sometida a un examen completo para conocer su estado de salud general. Aunque la práctica de este chequeo es todavía escasa, ¡permite tener todas las posibilidades a favor para disfrutar de un embarazo saludable y sereno! Nestlé te explica en qué consiste esta revisión.

 

Haz balance de tu salud

Primera etapa: pide cita con el médico de cabecera o el ginecólogo antes del embarazo para comentarle tu deseo de tener un hijo. Te hará las pruebas clásicas (toma de tensión arterial, ritmo cardíaco, etc…) y un control de determinados parámetros que podrían tener una repercusión sobre tu embarazo:

  • Peso. La delgadez excesiva o el sobrepeso constituyen factores de riesgo, en especial, de hipertensión gravídica.
  • Enfermedades específicas: asma, problemas cardíacos, insuficiencia venosa, trastornos de la tiroides…
  • Antecedentes familiares, como la diabetes.
  • Validez de las vacunas. Si es necesario, el médico puede recetar determinadas vacunas (particularmente la rubéola y las dosis de recuerdo de DT polio y tos ferina), que deben hacerse al menos 3 meses antes de la concepción.
  • Tratamientos médicos actuales. La toma de determinados medicamentos puede afectar al buen desarrollo del bebé: antibióticos, pastillas adelgazantes, antidepresivos, antiepilépticos…

 

Algunas pruebas complementarias

Según los casos, el médico además puede prescribir:

  • Un análisis de sangre para comprobar que la futura mamá está debidamente inmunizada contra la toxoplasmosis y la rubéola.
  • Una prueba que descarte la hepatitis B, la hepatitis C y el virus del SIDA.
  • Una analítica para controlar la ausencia de albúmina y azúcar en la orina y descartar riesgos de problemas renales y de diabetes.

Para preparar convenientemente el terreno, procura seguir una alimentación equilibrada y la práctica de una actividad física habitual (¡viva las escaleras!).

Si llevas tiempo intentando tener un bebé y este no llega, sigue siendo buena idea visitar a tu ginecólogo. Coméntale los posibles problemas para quedarte embarazada y hazte igualmente este chequeo. Él podrá explicarte el mecanismo de los tests de ovulación, que detectan los períodos de fertilidad. No te agobies, son pocas las mujeres que se quedan embarazadas de inmediato. ¡Ten un poco de paciencia!

 

Cubre tus reservas de ácido fólico y hierro

La ingesta de ácido fólico (o vitamina B9) bajo la forma de complementos alimentarios está hoy en día recomendada de forma unánime por la comunidad científica. El ácido fólico antes del embarazo es esencial para que, en el momento en que te quedes embarazada, se forme el tubo neural. Tu ginecólogo te recetará un complemento alimentario de ácido fólico especialmente en caso de carencia, alimentación desequilibrada, gestación de gemelos, toma de medicamentos que lo inhiben (antiepilépticos y algunos antidiabéticos) o antecedentes de malformación del tubo neural. Sin embargo, en países como EE. UU. y Gran Bretaña se prescribe sistemáticamente aún sin existir factores de riesgo, práctica que también se está generalizando en España. Es recomendable empezar a tomar este complemento alimentario antes de la gestación y durante el primer trimestre de embarazo, y a veces se combina con un suplemento de hierro recetado, también, por el médico. 

 

¡Adiós al tabaco y al alcohol!

La visita pregestacional o perigestacional permite además revisar los hábitos que hay que abandonar y, de ser necesario, obtener ayuda. Durante 9 meses, vas a ser tú quien proporcione al bebé todo lo que necesita para desarrollarse. Por tanto, lo que es nocivo para ti, aún lo es más para él. La placenta, como si de una verdadera "esponja" se tratara, transferirá de inmediato al bebé lo que tú consumas. ¿Quieres unos consejos?

  • No consumas alcohol. ¡Beber, aunque sea un vaso, puede tener consecuencias para tu bebé!
  • El consumo de drogas, por descontado, también debe suspenderse.
  • El tabaco debería suprimirse desde el momento en que se decide tener un hijo. El médico puede informarte sobre los parches y demás sustitutivos de la nicotina.

No lo olvides: estás preparando el nido de tu futuro bebé y todas estas precauciones ayudan a hacerlo lo más acogedor posible. ¿No es estupendo poder actuar desde el momento en que deseas tener un hijo para asegurarte un buen embarazo?

 


 

Testimonio de Andrea, madre de Carmen:

Desde siempre he sido una auténtica fiestera (mis amigos me llaman "la reina", ¡cuestión de fama!). Debo decir que me lo he pasado muy bien: de marcha hasta la salida del sol, un cigarrillo tras otro, vacaciones de fiesta y discoteca… ¡Nada más lejos de mi imaginación que andar con un biberón en el bolso! Hasta que encontré a mi futuro marido en una reunión con clientes (soporífera, por cierto). En un año, para sorpresa de todos, hice el pleno: me puse a vivir en pareja, me casé y tuve un bebé. Opté, de un día para otro, por una nueva vida, más sana, incluso antes de saber que estaba embarazada. Fue como una revelación, de pronto lo tuve claro.