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Tu cuerpo después del parto: sentirte segura por dentro y por fuera

Tener un bebé conlleva grandes cambios, nada menos que las enormes transformaciones que sufre tu cuerpo durante y después del embarazo. Algunos pueden ser de corta duración y otros pueden durar más. De hecho, es posible que tu cuerpo después del parto nunca vuelva a ser exactamente como era antes del embarazo. Cada persona es diferente. Pero una cosa es cierta en todos los casos: tu cuerpo ha conseguido algo extraordinario al llevar y dar a luz a tu bebé. Algo de lo que sentirse orgullosa. Obtén más información sobre lo que puede pasar con tu cuerpo después del embarazo, y lo que puede ayudarte a sentirte a gusto con él, en nuestra práctica guía.

6min de lectura Sep. 6, 2022

1. Entender los cambios en tu cuerpo después del embarazo

Es normal que no te sientas preparada o abrumada por los cambios que experimenta tu cuerpo al tener un bebé. Algunos cambios, como las estrías o el aumento de peso, pueden haber comenzado durante el embarazo. Algunos, como la hinchazón, los hematomas y la sensibilidad, a causa de la experiencia del parto y/o el nacimiento. Y otros, como el hecho de que los pechos se llenen de leche, son el resultado de los cambios corporales tras el embarazo y el parto. Si estás preocupada o tienes dudas sobre tu cuerpo después del parto, habla con tu médico para que te aconseje. A veces, el mero hecho de entender por qué ocurre algo con nuestro cuerpo puede ayudarnos a aceptarlo y a adaptarnos más fácilmente.

 

2. Recuperación en las primeras 6 semanas después del parto

En los primeros días y semanas después del parto pasan muchas cosas a nivel físico. Tu cuerpo ha soportado muchos cambios durante el embarazo, y ahora se está adaptando de nuevo. Puede que te sientas dolorida y afectada por el parto, independientemente de cómo fuera. Es posible que te den calambres cuando el útero se contraiga hasta alcanzar su tamaño anterior, y muchas madres experimentan cierta diástasis de los rectos (separación de los músculos del estómago). También tendrá sangrado vaginal llamado loquios, y entre otros problemas comunes, se encuentran las hemorroides y la debilidad del suelo pélvico. Es posible que tus pechos cambien de tamaño y aspecto y que empieces a perder de forma natural parte del peso adicional que has ganado durante el embarazo, sobre todo si estás amamantando. Los estudios demuestran que la lactancia puede ayudar a perder peso, y las madres lactantes necesitan unas 400 o 500 calorías adicionales al día, algunas de las cuales provendrán de la grasa y otras de los alimentos. La clave en todo esto es tomárselo con calma. No te apresures a intentar perder peso. En su lugar, sigue una dieta sana y rica en nutrientes que te nutran a ti y a tu bebé (si lo estás amamantando). Si deseas saber más sobre una dieta saludable para la lactancia, consulta nuestra guía sobre Qué comer durante la lactancia. Además de los cambios físicos, también habrá mucha actividad hormonal, que puede provocar sudores nocturnos, cambios de humor y caída del cabello. Recuerda que tu cuerpo después del parto necesita tiempo para recuperarse tras haber llevado y dado a luz a un bebé. Muchos de estos cambios iniciales resultarán menos drásticos y más manejables en torno a las 6 semanas después del parto. Asegúrate de acceder a una buena atención posparto para tus revisiones. Y si tienes alguna duda, habla con tu médico.

 

3. Tu cuerpo después del parto: de 6 semanas a 6 meses

Es posible que algunos de los cambios físicos iniciales se hayan atenuado o hayan desaparecido ya, y otros no. Es posible que otros no hayan aparecido todavía. Si estás dando el pecho, es posible que no vuelvas a tener el periodo durante algún tiempo. Tu vida como madre reciente quizás conlleve que te sientas y parezcas cansada. Y es posible que tengas dolores y molestias por cargar con tu bebé o alimentarlo o cuidarlo en posiciones incómodas. La pérdida de peso puede continuar con la lactancia (solo cinco días de lactancia pueden quemar el mismo número de calorías que necesitarías para correr una maratón) y siendo una madre activa, pero puede que esto no ocurra a la misma velocidad para todas. También es muy normal que, a nivel emocional, sientas que tu cuerpo después del parto quede a disposición del bebé exclusivamente. Puede que no tengas ganas de tener relaciones sexuales, o que el sexo te resulte incómodo. Sentirte frustrada o desanimada por algunos aspectos de tu cuerpo después del parto es habitual. Pero recuerda que tu cuerpo ha tardado nueve meses en crear un bebé y que todavía te estás adaptando a tu nuevo papel de madre. Por lo tanto, quizás te resulte útil cambiar tus expectativas sobre el aspecto y la sensación de tu cuerpo en este momento. Con suerte, te sentirás más fuerte. Y esto significa que deberías ser capaz de volver a hacer ejercicio con facilidad, lo que te ayudará a verte y sentirte bien.

 

4. Tu cuerpo después del bebé: a partir del año

A estas alturas, es posible que te veas y te sientas más como tu "antigua yo", con algunos cambios en tu cuerpo más duraderos o permanentes después del embarazo. Es posible que tu peso no sea exactamente el mismo, o que se distribuya de forma un poco diferente. Si tienes cicatrices de desgarros o de un parto asistido o por cesárea, es posible que sigas teniendo una sensación de adormecimiento o molestia en la cicatriz. Por otro lado, tu cuerpo después del bebé puede seguir teniendo un aspecto y/o un tacto muy diferente al de tu «antigua yo» dependiendo de los cambios que hayas experimentado y/o de si la vida como madre te resulta muy difícil. Si tienes algún problema relacionado con el embarazo o el parto, no lo ignores. Buscar la atención posparto que necesitas y recibir el tratamiento oportuno te ayudará a sentirte mejor y posiblemente a evitar futuras complicaciones.

 

5. Cómo sentirte bien con tu cuerpo en calidad de madre primeriza, por dentro y por fuera

Cómo sentirte bien con tu cuerpo tiene mucho que ver con la mentalidad. Así que respetar y aceptar tu nueva identidad, tanto física como emocionalmente, es un gran paso para sentirte bien con tu estado actual. Sea cual sea la etapa en la que te encuentres con tu cuerpo después del parto, intenta no compararte con las demás. ¿Esas mamás famosas a las que ves «recuperarse» unas semanas o meses después de dar a luz? Suelen tener entrenadores personales, cocineros y todo un equipo de personas cuyo trabajo es hacer que tengan un aspecto determinado. En su lugar, cuida de ti misma comiendo de forma saludable (tal vez tomando un suplemento multivitamínico para complementar tu dieta después del parto) y dedicando tiempo a las cosas que te hacen sentir a gusto con tu cuerpo, ya sea el ejercicio, el sueño o cualquier otra cosa. Convierte tu salud física en una prioridad, desde la asistencia a cuidados posnatales hasta citas periódicas de fisioterapia si las necesitas. Y si tienes problemas para adaptarte a la experiencia del embarazo o del parto, a la vida como madre o a los cambios en tu cuerpo, busca también apoyo para tu salud mental. Lee nuestra lista de comprobación sobre Cómo afrontar la tristeza posparto para obtener algunos consejos útiles. Por último, no olvides apoyarte en tu red de apoyo de amigos, familiares y otras mamás que han tenido experiencias similares. Es posible que puedan aligerar la carga para que puedas atender tus propias necesidades (consulta nuestros consejos de autocuidado posparto para obtener ideas), o simplemente escuchar cuando los necesites.